Llevaba tiempo dándole vueltas.
La procrastinación había podido conmigo una y otra vez,
y al final dije, hasta aquí hemos llegado.
Entre vuelo y vuelo, con música de fondo y
siempre acompañado por una taza de té,
comencé a escribir entradas con la etiqueta micro relatos.
No era lo que tenía en mente al principio,
y lo mismo no se parecía en nada al final,
pero era un comienzo y a mí me gustaba.
Ni buscaba el sentido, ni tampoco aprobación,
pues nada me importaban los comentarios.
Y así fue, como una tarde del 6 de diciembre del 2017,
empecé a darle forma a un proyecto que seguro me daría mucho de que hablar.