- El día que el mudo recuperó la voz
En esta ocasión, os quiero compartir uno de mis experimentos sociales.
Os advierto que este experimento es sumamente interesante.
Que den comienzo los experimentos sociales:
Yendo yo el otro día en metro, iba distraído leyendo.
Sin ser consciente ni de mi alrededor, ni de mi entorno, para cuando quise darme cuenta de lo que me rodeaba, escuché a una señora decir que la juventud de hoy en día es muy maleducada.
– «Esta juventud no cede sus asientos a las personas mayores».
Acto seguido, se quedó un asiento libre a mi lado y se sentó una persona mayor que estaba en el vagón.
Tras analizar por unos segundos lo que había ocurrido, decidí proceder a realizar uno de mis experimentos sociales.
Sin pensarlo, decidí imitar alguno de los vídeos que he visto sobre lenguaje de señas y observar qué pasaba.
Empecé a gesticular intentando decir que no podía oír y que si me podía repetir lo que había dicho.
Al verme la señora hacer el gilipollas, empecé a notar un cambio en su actitud.
Me decía que no me entendía pero los gestos eran bastante claros (igual es que me fallaba el acento…).
No lo debía de estar haciendo tan mal porque a los pocos segundos, el señor mayor le dijo que yo era sordo, que no podía escuchar.
En ese momento el Mundo habló por mi y lo más sorprendente es que la actitud de la señora cambió para mejor.
Un par de paradas más tarde, le indiqué a la señora (por gestos obviamente) que si quería ocupar mi lugar.
Aunque yo me levanté y dejé el sitio libre, la señora no quiso sentarse y nunca sabré por qué.
Cuando bajamos del tren, el señor mayor no se dio la vuelta para que pudiera agradecerle lo que había hecho, pero con lo que sí me encontré fue con una sonrisa de la señora y un hasta luego.
La verdad es que tengo que analizar bien este experimento y ver qué conclusiones se sacan.
Pero lo que sí me quedó claro es que el Mundo brilla más con una Sonrisa!