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Mierdays

Seguramente todos hemos tenido algún día de mierda (Mierday), días en los que todo te male sal, en el que todo el mundo te dice que no y en el que todos los planes que uno tiene en mente sencillamente, no salen. No te preocupes, esto es algo que nos pasa a todos los mortales. No pienses que únicamente te sucede a ti, nos sucede a todos sin excepción.

Bien, la entrada de hoy consiste en la elaboración de un combinado para llevar mejor estos días. No lo busques en ningún libro porque no lo está. Así pues, presta atención a los ingredientes y en cómo prepararlo.

Ingredientes:

Paciencia
Música
Ejercicio
Objetivos
Alimentación

Elaboración:

Ten paciencia. Recuerda que el día tiene 24h. Para cuando te hayas dado cuenta de que se trata de un día de mierda, ya habrán pasado unas 12-16h por lo que te queda menos de medio día de mierda. Ten paciencia y no desesperes. Mañana será otro día y la película será distinta.
Escucha música. La música es un poderoso estímulo capaz de generar en nosotros diversos sentimientos. Ponte música que te alegre, que te motive, que te de ganas de llevar mejor el día y todo lo que venga por delante. Continuar leyendo «Mierdays»

Enamórate

Enamórate de una chica que lleve sombrero,

enamórate de una chica que le encante viajar,

en definitiva, enamórate de una chica que no necesite alas para VOLAR.

“No inventes, no engañes, no robes ni bebas;

pero si inventas, invéntate un mundo mejor;

si engañas, engáñale a la muerte;

si robas, róbate un corazón y si bebes,

bébete los mejores momentos de tu vida.”

Mi reina

Mi reina, mi esposa, mi amor…

Esas fueron sus últimas palabras antes de morir en la batalla.

Sin embargo, ella, ya había luchado en otros campos. Ella, ya conocía el dolor de otras espadas.

No será rápido, no te va a gustar, yo no soy tu rey.

Muchas batallas no se libran sobre un campo, muchas batallas ni si quiera se ven,

puesto que muchas batallas tienen lugar en nuestra MENTE.

Nuestra mente puede ser nuestro mayor aliado pero también nuestro peor enemigo.

Únicamente aquellas personas que son capaces de vencer estas batallas internas

son las que llegan a alcanzar el éxito de la FELICIDAD.

Prejuicios y prejuiciosos

– Mira esa chica con minifalta y taconzados. – Qué putilla, va pidiendo guerra.

– Mira a ese que va marcando. – Qué flipao, seguro que se toma proteínas.

– Mira a esa deportista de élite. – Qué más da como quede, está buena.

– Mira a esos dos chicos besándose. – Qué asco, que se vayan a su casa.

– Mira a esa mujer dando el pecho a su hijo. – Qué poca vergüenza, que se meta a un lavabo.

– Mira, ese tiene esquizofrenia. – Qué miedo, está loco.

– Mira ese pidiendo dinero. – Seguro que es para alcohol o cosas peores.

– Mira a ese vagabundo. – Qué mal huele, cámbiate de acera.

– Mira a ese ecuatoriano. – Que se vuelva para su país.

– Mira a esa negra del asiento. – Que se quite, que quiero sentarme yo.

– Mira esos chinos. – Seguro que vienen aquí a quitarnos el trabajo.

– Mira a ese moro. – Qué miedo, seguro que es del ISIS.

– Mira a esa pija. – Seguro que es una niña de papá y que encima

vota al PP.

– Mira a ese perroflauta. – Seguro que este es de los de podemos.

– Mira a ese, se pasa todo el día criticando y protestando sin hacer nada.

– Te estás mirando en el espejo.

Pagafantas

Quiero dejar bien claro que yo no soy de esa clase de tíos,

y aunque suene a tópico, esa vez era diferente.

Hacía tiempo que no entraba al Burgo,

ese aroma, esa luz, esa decoración…

y allí en medio, de espaldas, estaba Ella.

Figura alta y esbelta y pelo rubio cual cerveza.

Tenía algo entre manos y dado que se encontraba esperando

al otro lado de la barra, podía imaginarme lo que era.

No pude evitarlo, tenía que hacerlo, sino sabía que me arrepentiría

para siempre y que tal vez nunca jamás volveríamos a vernos.

Me acerqué despacio, la miré, y cuando estuve a su lado,

ella me devolvió una tímida mirada.

A continuación, puse mi mejor sonrisa y le dije con la voz

firme y la pulsación acelerada:

– ¿Puedo invitarte a esa novela?

El jarrón

Mi madre tenía un jarrón de cristal,

era bastante bonito y además era un regalo de boda,

por lo que el valor emocional era todavía mayor.

Yo llevaba toda la mañana jugando con el drone

y era cuestión de tiempo…

Al final pasó lo que tenía que pasar.

Se rompió, pero no fui yo, fue ella.

Al ver las lágrimas en sus ojos supe que la cosa iba en serio.

Yo no sabía nada del jarrón, ni de su valor, ni de su historia…

pero lo que sí sabía era del valor que tienen las cosas cuando se rompen.

No es no, ¿no?

No, lo siento.

Parece sencillo de decir y de entender, ¿no?

Pues la verdad es que no es tan fácil.

¿Cuántas veces hemos mentido por evitar decir la palabra?

¿Cuántas veces hemos hecho algo que no nos apetecía?

¿Por qué nos cuesta aceptar un no por respuesta?

O lo que es peor, ¿por qué directamente no lo aceptamos?

Os lo podría decir pero prefiero no hacerlo, lo siento.

«Hay que decir no a mil cosas para estar seguro de que no te estás equivocando o que intentas abarcar demasiado»

Frente alta, lengua corta, mano dura

En esta vida oscura, frente alta, lengua corta y mano dura.

Esclavo de tus palabras y dueños de tus acciones.

«No inventes, no engañes, no robes ni bebas;

pero si inventas, invéntate un mundo mejor;

si engañas, engáñale a la muerte;

si robas, róbate un corazón y si bebes,

bébete los mejores momentos de tu vida.»

Los príncipes azules acaban destiñendo.

Origen de relatos

Llevaba tiempo dándole vueltas.

La procrastinación había podido conmigo una y otra vez,

y al final dije, hasta aquí hemos llegado.

Entre vuelo y vuelo, con música de fondo y

siempre acompañado por una taza de té,

comencé a escribir entradas con la etiqueta micro relatos.

No era lo que tenía en mente al principio,

y lo mismo no se parecía en nada al final,

pero era un comienzo y a mí me gustaba.

Ni buscaba el sentido, ni tampoco aprobación,

pues nada me importaban los comentarios.

Y así fue, como una tarde del 6 de diciembre del 2017,

empecé a darle forma a un proyecto que seguro me daría mucho de que hablar.

Que se joda el viento

Cuestión de regalos

Se acercaba el día de reyes y todo el mundo hacía la misma pregunta, ¿has pedido ya tus regalos?

Desde hace tiempo ya no pedía regalos, no espera nada.

Poder compartir días con los seres queridos era lo que más quería y disfrutaba, era todo lo que necesitaba.

No me hizo falta perder a un ser querido. No me hizo falta mirar a ningún lado.

Pues hace tiempo me di cuenta, que no todo es cuestión de regalos.

No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.